Es un tipo de sujeción que se utiliza para agrupar, asegurar o identificar cables, tuberías o mercancías de forma temporal y que, a diferencia de los precintos de un solo uso, puede ser abierto y cerrado repetidamente sin romperse.
Reusabilidad: Su principal característica es su capacidad para ser utilizado múltiples veces. Esto lo hace una opción económica y ecológica en comparación con los precintos tradicionales que deben ser cortados y desechados después de cada uso.
Mecanismo de apertura: Cuentan con un mecanismo de liberación, como una pequeña palanca, un botón o un diseño de gancho y bucle (como el velcro), que permite soltar la sujeción de manera sencilla, sin necesidad de herramientas.
Funcionalidad: Sirven para la organización, el agrupamiento temporal y la gestión de elementos, no para una seguridad inviolable. Aunque ofrecen un grado de sujeción, no están diseñados para evitar robos o manipulaciones, ya que pueden ser abiertos con facilidad.
Suelen estar fabricados con plásticos resistentes y duraderos, como el nylon, que les permiten soportar la tensión y el uso repetido. Sus aplicaciones son muy variadas:
Gestión de cables: Son muy comunes en la organización de cables de computadoras, redes, equipos de audio y video, y en instalaciones eléctricas provisionales.
Logística y embalaje: Se usan para agrupar productos, sujetar etiquetas o asegurar mercancías durante su transporte o almacenamiento temporal.
Jardinería: Se utilizan para sujetar plantas a soportes o tutores.
Hogar y oficina: Son útiles para organizar herramientas, cables de electrodomésticos, y cualquier otro objeto que necesite ser agrupado de forma temporal.